Son más de las tres de la mañana y la dichosa fiesta no
acaba. He intentado mil formas de dormir, pero con tanto escándalo es
imposible.
Para colmo, cuando al parecer todo estaba calmándose,
la puerta de mi habitación se abrió nuevamente, atacada de los nervios me
incorporé a toda velocidad para ver quién era.
-¿Chase?- pregunté incrédula
-Sabías hablar- respondió a la vez que entraba en mi
habitación con toda calma, como si fuera suya
-¿Qué haces aquí?- pregunté recriminándole
-¿Te importa si duermo aquí? Mi madre dejó mi
habitación cerrada, Ian no tiene las llaves de repuesto-
Me quedé mirándolo sin saber qué hacer.
Tomó asiento en el sofá frente a mi cama y me miró
expectante.
-¿Quién eres?- preguntó
-Meg, Meg Adams- respondí como tonta
-Meg, lamento mi irrupción de hace unos instantes-
-Horas, fueron horas- reproché
-Ya, no te enojes y duerme. No muerdo. No siempre
-¿Cómo esperas que duerma con tanto ruido?
-En unos minutos se darán cuenta que desaparecí y todos
se irán, tranquila, ahora duerme-
Se acomodó muy fresco en el sofá, cerró los ojos y al
parecer se quedó profundamente dormido.
¡No puede pasar la noche en mi habitación así como así!
Te imaginarás qué pasó… ¡No pude dormir! ¿Cómo podría
con un intruso en mi habitación?
Me pasé toda la noche en vela vigilando a Chase. ¿Qué tal si intentaba matarme mientras dormía? No podía bajar la guardia ante un extraño.
Sé que mueres de curiosidad, está bien te cuento como
es él.
Alto, delgado, piel blanca que parece un papel, cabello
de tamaño mediano oscuro muy despeinado, lleva un collar con apariencia de
cadena al cuello y de él pende un dije en forma de candado con una “C” enorme. No
me he logrado fijar en el color de sus ojos, la habitación estaba muy oscura
como para notarlo. Viste una chaqueta de cuero, una camiseta blanca, jeans
ajustados y botas con hebillas enormes. ¡Vaya, sí que tiene un estilo dandi!
*/*/*/* 07:00 am! Chase al
fin se ha ido /*/*
Y el muy idiota ni me ha preguntado si he logrado
dormir. Sigo en la misma posición en la que me quedé desde anoche cuando entró
en la habitación, a juzgar por cómo me siento, debo tener enormes ojeras y el
cabello enmarañado. Chase sólo se levantó del sofá, se estiró como mejor pudo
me dedicó una sonrisa irónica y salió.
Al fin puedo recostarme y tratar de dormir un poco.
Por cierto, son verdes. Los ojos de Chase son de un
color verdoso casi gris, bastante único.
Basta de detalles, ¡a dormir! ¡ buenas noches! O
¡Buenos días! ¡ lo que sea!
*/*/*/ No me despierten por fa!**/*/*/
Al abrir los ojos tuve una sensación de que todo esto
era un mal sueño y que despertaría en casa, en mi cama. Pero no fue así.
Ian traía una cara de pocos amigos, al parecer eran los
estragos de la fiesta.
-Señorita Meg, por favor cámbiese, Madame Louise está
esperándola abajo para desayunar-
-Ian, déjate de formalidades, que no soy una señorita
ni una señorona y deja de tratarme de usted, apenas tengo veinte años, me haces
sentir vieja-
Sonrió.
-Vale, Meg, Baja a
desayunar
-¿Qué hora es?
-Ocho en punto-
-Una hora
-¿Qué?
-¡El idiota de
Chase sólo me dejó dormir una hora!
-¡Te estuvo
molestando!
-No, pero vino a
dormir a mi habitación, no me gustan los intrusos, no dormí nada. Me quedé
vigilándolo.
-Luego del desayuno
podrás echarte una siesta, ahora baja o madame se molestará
-Ok, dame unos
minutos
Ian salió y yo me encargué de arreglar mi aspecto como
mejor pude en tres minutos.
Al regresar te cuento como me fue.
/*/*/*esto es lo que pasó en el desayuno
Al fin conocí en persona a madame M. Es muy alta, esbelta y algo mayor. Sus
facciones y sus gestos me hacen pensar que es una persona muy severa.
ME saludó cariñosamente y preguntó si pasé una buena
noche, no me quedó más que decir que sí.
Aunque mi semblante dijera lo contrario.
ME senté a la mesa, ella a la punta y Chase frente a mí.
Traía unas gafas de sol pero aun así noté que me miraba.
-¿Resaca? – pregunté burlona
Apretó los labios en señal de disgusto y no respondió.
Madame mandó a traer el desayuno, varios sirvientes
trajeron los platos y los depositaron en su lugar.
Ian nos miraba desde lejos de pie.
-¿Ian no se sienta a la mesa con nosotros?- le pregunté
a madame
Chase echo a reír y casi lanza de la boca lo que estaba
comiendo.
Madame me miró muy seria y dijo:
-Meg, no hagas preguntas ridículas-
-¿Ridículas? ¿Cómo cree que me siento al estar sentada
aquí comiendo y el pobre Ian de pie mirándonos?-
Madame sólo cerró los ojos, tal vez pidiendo paciencia
al cielo.
-Creo que necesitas pasar más tiempo con Chase, que te
de unas demostraciones de cómo es que funcionan las cosas por aquí-
-¡Qué!- reprochamos los dos a la vez
Noté como Ian sonreía disimuladamente.
-Es una orden- concluyó madame
EL resto del desayuno ha pasado en calma. Por no decir
en silencio. Al parecer aquí solo hay ruido cuando Chase hace una fiesta.
/*/*mas tarde*/**
Madame ha castigado a Chase por la fiestecilla de
anoche, y parte del castigo era no dormir en su habitación, pero tal parece que
no estaba enterada que su joyita pasó la noche incomodándome en mi habitación.
El segundo castigo es limpiar el patio y la piscina que
dígase de paso quedó hecho un desastre.
Me río de él internamente mientras escribo estas
líneas, ¡Es tan graciosa la cara que
pone cuando encuentra algo repugnante entre los desechos!.
Le he ofrecido ayuda (sólo por amabilidad) pero el muy altanero se ha negado y de la peor
forma. Bien, si quiere que sean así las cosas entre nosotros, está bien. No sé
qué piensa Madame que puedo aprender de su mimado hijo.
Madame supervisa todo sentada desde la otra esquina de la piscina, bajo una sombrilla y
con un tejido tricot entre manos.
El calor aumenta y Chase empieza a vérselas negras, de
tanto trabajar y sudar se quitó la camiseta y me ha dejado sorprendida. No
imaginé que ese cuerpo casi esquelético pudiera tener forma y algunos músculos
bien torneados en el área del abdomen.
Luego de esto el muy pícaro me ha dedicado una sonrisa coqueta, le saqué
la lengua, pero bien que quería mostrarle el dedo medio, pero no en frente de
madame. Insolente. Empieza a ganarse mi odio.
*/*/*Han
pasado varias horas /*/*/
Y Chase sigue sin terminar de limpiar tanto desastre,
se ha tomado un descanso aprovechando que madame recibió una llamada telefónica
y abandonó el lugar. Habiendo tantas
sillas en el patio decidió venir a sentarse en el pequeño espacio que quedaba
libre de la mía.
Recién he logrado notar que lleva varios
tatuajes en el cuerpo. Uno a la altura del pectoral derecho y otro en la
espalda.
-¿ Y eso?- le pregunté clavando la vista en la tinta de
su piel
-Momento de rebeldía a los dieciséis- respondió muy
fresco
¿Cómo pude imaginar que me daría respuestas concretas?
Creo que ya me doy cuenta del tipo de persona que es…
-Vamos Meg, ¿por qué te haces la interesante? –
preguntó
-¿Interesante?
-Sí, sé que en el fondo te gusto…- Posó una mano sobre
mi rodilla. Muy mal movimiento.
Me puse de pie de inmediato y me alejé de él. Pero
Chase me detuvo tomándome del brazo.
-Ya Meg, cálmate, no es para tanto…-
No medí mi furia y lo empujé. Cayó directo en la
piscina. Abandoné el lugar. Me encerré en mi habitación desde donde escribo
estas líneas.
Bueno, no le causé ningún daño, al contrario, lo ayudé
a refrescarse en medio de tanto calor. Creo que Chase es del tipo de chico que cree
que todas las chicas están a sus pies sólo porque es muy guapo y tiene un
cuerpo envidiable. Se equivoca, no soy la chica que caería en los encantos de
alguien como él.
Al rato Ian ha venido a mi habitación hacerme un poco
de compañía, tuvimos la siguiente conversación.
-¿Estás molesta?- preguntó
-Sólo un poco incómoda
-Chase es así, siempre se pasa de la raya
-Conmigo debería controlarse , o la próxima lo golpearé
-No es necesario recurrir a la violencia Meg, Chase es inofensivo cuando se ve derrotado
-¿Y cómo lo hago?
-Es muy difícil. ¿En serio no sientes nada por él?
Los ojos de me abren desmedidamente.
-¿Qué diablos dices Ian? Chase es un ridículo niño
mimado, ¿Cómo podría gustarme?
-Vale, sólo preguntaba
-Creo que él está acostumbrado a que ninguna chica se
le resista, yo soy la excepción
-Meg, nunca digas nunca
-¿Ahora eres adivino? ¿Qué crees que pasé entre Chase y
yo? En serio dímelo
-Tal vez, te enamorarás de él
-¡Es un idiota!
-tiene su lado bueno, es cuestión de que lo conozcas a fondo
Meg, nunca juzgues las cosas por su etiqueta
Eso me dejó pensando. No soy una persona prejuiciosa.
Pero. ¿Qué harías tu si ves a Chase llevarse una chica a una de las
habitaciones de la casa, si te coqueteara abiertamente? ¿No creerías que es lo
que pienso?
Debo dejar de plantearle preguntas a alguien
imaginario. Aunque es muy divertido.
Obligué a Ian a cambiar de tema, por el bien de ambos.
Le pregunté por qué está en esta casa, como parte de la gente de servicio (la
palabra servidumbre me suena muy despectivo) y recabé la siguiente información.
· Ian
tiene 20 años
· Su
familia es de Canadá
· Conoció
a Chase en un intercambio estudiantil
· Se
hicieron amigos
· Los
problemas económicos de la familia de Ian lo vieron obligado a pedir ayuda a
Chase
· Chase
habló con su madre quien le dio trabajo y hogar como miembro del servicio
-Bien, parece que no soy la única “arrimada” aquí, me
siento más tranquila- le dije
Ian sonrió a medias, al parecer el término no se le
hace muy digno. Dejaré de utilizarlo.
Terminada nuestra Charla Ian se retiró.
*/*/*Luego
del almuerzo */*/
Me quedé en mi habitación, al parecer Chase e Ian están
ocupados con sus asuntos, no tenía nada que hacer. Al pasar unos minutos decidí
salir. Desde el balcón del segundo piso
logré ver a madame en la sala, aún con el tejido tricot en manos. ¿Qué tanto
hacía?.
/*/*Luego/*/*
Madame se ha portado muy amable conmigo, (no cómo su
hijo), me llevó al cuarto de disfraces y me contó una breve historia sobre sus
años mozos en los que fue actriz de Hollywood. Eso explica los disfraces de
alta gama.
Me ha dado permiso de venir aquí cuando quiera, al
parecer ha notado lo mucho que me aburro en la casa. La única condición para acceder a los
disfraces es cuidarlos si es posible con mi vida. Será fácil.
De todos los disfraces y trajes mi favorito es un
vestido rosa pomposo, estilo princesa, al parecer es también el favorito de
madame, lo tiene guardado en una vitrina de cristal transparente con llave, es
el único al que no tendré acceso por lo visto.
Consideré que era momento de ofrecerle una disculpa por
incomodarla en el desayuno.
-Gracias madame, creo que es preciso que me disculpe
por mi actitud de la mañana…- le dije
-No, está bien, tienes un corazón noble, pero de eso no
se puede vivir-
Me quedé en silencio.
-Madame, ¿Por qué me trajo a su casa?- pregunté
finalmente
Desde que llegué tengo esa duda.
Madame guardó silencio por unos instantes, como si
estuviera poniéndose de acuerdo en lo que me diría.
-Tengo razones para hacerlo Meg, algún día sabrás todo.
Por ahora sólo dime qué necesitas para sentirte a gusto aquí y lo conseguiré-
-Quiero saber la verdad- repliqué
Madame bajó la mirada.
-Lo siento, no puedo ahora. Es por tu propio bien.
Puedes quedarte un rato más aquí si deseas- dijo y se retiró a su habitación
Tal parece que madame no se sentía bien y no asistió al
a cena, al igual que Chase, otra vez comí sola en la gran mesa. Recién me percaté de lo malo que se había
puesto el clima. ¿Cómo es que luego de un día tan soleado y caluroso el cielo
ahora esté completamente gris?
Comí poco y me retiré a mi habitación como un fantasma,
andando a la media luz de los pasillos de la enorme mansión.
/*/**10.30/*/* p.m /*/*
Traigo puesto el pijama, todo está listo para disfrutar
al fin de una noche de paz y quietud en mi nuevo hogar.
Una fuerte tormenta con rayos y truenos ha empezado hace
algunos minutos, me asomé a la ventana para corroborar su gran intensidad.
Amaba el sonido de la lluvia, esta noche se veía prometedora. Pero tal
parece que en esta casa las cosas se complican con gran facilidad.
Chase apareció en mi habitación, traía puesto un pijama
oscuro con pantaloncillo a cuadros y una almohada entre los brazos.
-¡No creas que
dormirás aquí otra vez! Ya bastante tengo con no lograr dormir por tu
fiestecilla. ¡Vete de aquí!-
Ignoró mis reprimendas y se sentó sobre mi cama.
-¿Qué crees que haces? – pregunté molesta
-Me alisto para dormir- respondió mientras se quitaba
las pantuflas
-¡No dormirás aquí otra vez!-
-Lo siento. Mi casa, mis reglas-
-No tienes motivos para hacerme esto-
-Si los tengo. No
me gustan las tormentas, dormiré aquí esta noche-
-Se lo diré a tu madre ahora mismo- dije mientras me
disponía a salir por la puerta
-No creo que quieras molestarla, ya está dormida-
Gruñí. Chase sí que sabía cómo arruinarme el ánimo en
un dos por tres.
Y entonces él se
metió a mi cama y se acomodó
plácidamente, como si nada.
-¿No piensas venir? – preguntó
-Dormiré en el sofá-
-Hace frío, podrías enfermarte y darnos más problemas-
-Soy fuerte-
Luego de pensármela un rato decidí no darle el
gusto. Me metí a la cama pero antes de
recostarme le advertí.
-Mira, si está es otra de tus tácticas de conquista,
estás muy equivocado. Ni lo intentes-
-¿Conquistarte? Si quisiera sólo tendría que besarte-
respondió con una sonrisa nefasta que me daba ganas de partirle el rostro de un
golpe.
No dije nada más, no quería enfadarme más. Dejé caer mi
cabeza sobre la almohada y abracé a Miss Pee.
-¿Aún duermes con muñecos?- preguntó Chase que al
parecer se dio cuenta
-No es tu asunto, además Miss Pee es especial-
-¿Por qué?-
-Porque me la regaló mi padre cuando era pequeña, la
llevo conmigo para recordarlo-
-Tenías un lado tierno Meg-
-El único que no tiene corazón aquí eres tú Chase- le
recriminé
Y el aludido se quedó en silencio.
Escribo estas líneas echada
y como mejor puedo. Intento ignorar a Chase aunque su presencia no puede
pasar desapercibida, siento su perfume penetrante hasta aquí.
-Aunque no lo creas yo también extraño a mi padre-
interrumpió él
-No dije que no fuera así, lo lamento no debí decir qué
no tienes corazón-
-Tal vez no te equivocas. Buenas noches Meg-
-No puedo decir lo mismo.
Sabes, creo que después de todo Chase no es un completo
cretino como creí, Esta noche he descubierto un pequeño lado humano en él. Se ha quedado dormido rápidamente. Se ve tan
pasivo, tan tierno que hasta parece un alma de dios, ¡Qué digo!
Esta anoche no puede
ponerse más rara.
Ian!!!!!!!!!!!!!, lo quiero <3
ResponderBorrar:) ese Ian es todo tiernito XD
BorrarMuy bien Mayte, sigue así!! Mi mente podrida me hace pensar cosas que no debo xD tú me entiendes. Encerraré a Chase en una jaula y además tendrá puesta una camisa de fuerza para que no intente nada extraño, vale? eué
ResponderBorrarjajaj venga.. te traeré más aventuras de Chase para seguir alimentando tu lado oscuro!
Borrar¡Me encanta! Chase parece bastante simpático, y sin duda es atractivo.
ResponderBorrarHola me acobo de enterar de está historia por facebook, se me hizo intetesante la sinopsis, lo acabo de empezar a leer. Se me hace que la historia va muy rapido, Chase desde el inicio coquetea con Meg, me hubiera gustado que la relación fuera evolucionando más lento, conocer a los personajes, porque es muy predecible lo que sucedera. Y también se me hace que en los primeros capitulos no se hace mención del dolor o tristeza por la ¡¡¡perdida de sus padres!!! Mi humilde opinión, saludos.
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