sábado, 3 de mayo de 2014

Día 6

Sábado 5 de Octubre

Chase no se equivocó. Lo que pasó hoy es el inicio de un enredo tormentoso, estoy segura de ello al mil por ciento.
Apenas amaneció escuché los gritos de madame, al parecer estaba histperica. Bajé al comedor y Chase me tendió un ejemplar de periódico.
—Felicidades, ya eres famosa Meg.
Tomé el periódico en manos, estaba desesperada y casi me desmayo al ver la portada.
QUIEN ES ELLA?
Y una foto mía junto a Chase.
Ian se acercó a mí y esperó mi reacción.
—Dime que es el único titular en el que aparezco
Negó con la cabeza mientras se mordía el labio inferior en señal de preocupación.
Me acerqué a toda carrera a la mesa de centro, encontré más de diez titulares entre revistas, periódicos y semanarios que se preguntaban por mi e incluso tenían hipótesis, lo peor de todo es que me consideraban la nueva conquista de Chase.
Madame estaba desesperada. Y yo estaba a punto de estallar de ira. ¿Cómo te sentirías tú al ser involucrado con un niño rico? Yo me siento terrible, ¡quiero escapar!. Pero los titulares no son la peor parte. Me asomé a la ventana vi a cientos de paparazis intentando entrar a la mansión con cámaras en mano, los flashes me cegaron por un momento, los pocos empleados de la mansión no lograban darse abasto del todo para protegerla de los intrusos.
—Reforzaremos la seguridad, no te preocupes— dijo madame a mis espaldas.
—¿Está segura?  ¿Qué es lo que quieren?
—Tu nombre, tus datos, les interesa saber quién es la nueva novia de mi hijo y porqué vive en la casa con él.
Me escandalicé ante la suposición.
—¡yo no tengo nada que ver con Chase!
— lo peor de todo es que también te están involucrando con la familia Kydd
— ¿y esos quiénes son?
—la familia del chico al que Chase golpeó para defenderte.
—No puede ser, ese tipo me estaba acosando. ¿Cómo pueden ahora involucrarme con él?
—tu sabes cómo es la prensa, además los Kydd la compraron a su manera. Quién sabe que estarán planeando para acaparar portadas.
Jamás en la vida había imaginado que llegaría a odiar tanto a alguien a quien acababa de conocer.
Estaba segura que en cualquier momento los paparazis entrarían en la casa y nos atacarían con sus mil preguntas, tenía miedo y sentía que toda la culpa era únicamente de Chase. Cuando madame se retiró de la sala aproveché para tirarle un cojín en la cabeza.
—¡Hey! Amaneciste violenta Meg.
—¡Todo es tu culpa! Tu y yo no tenemos nada que ver, más te vale salir y decírselo a la prensa.
—Claro.
—¿Qué?
Me sorprendió que aceptara tan fácilmente.
Chase se puso de pie y caminó varios pasos con dirección a la puerta principal.
—Saldré y les diré que no tengo ninguna relación con una niña molesta como tú, el único que puede soportarte es Zigmund K. tu novio.
-¡Qué! ¡Nooo!

Intenté detenerlo, pero Chase ya estaba a un paso de la puerta, en medio de mi desesperación no tuve mejor peor idea que saltar a su espalda intentando tumbarlo, pero todo fue en vano. Chase abrió la puerta y fuimos cegados por una docena de  flashes. Chase con un ojo más pequeño que el otro a causa de la luz cegadora y yo montada en su espalda con los brazos alrededor de su cuello casi ahorcándolo. Ya te imaginas la portada de mañana. 

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